5 Consejos para atravesar una lesión de músico, #4: Abrite a encontrar la raíz del problema
Seamos realistas: hay muchas razones por las que alguien con una lesión de músico quisiera una solución simple a su dificultad. Para empezar, vivimos dentro de una cultura que prefiere los parches antes que el trabajo desafiante y necesario que requiere encontrar las causas de raíz. Además, la medicina convencional occidental tiende a la especialización, conduciendo a los pacientes y profesionales a tratar síntomas aisladamente y valerse de intervenciones quirúrgicas o farmacológicas. Finalmente, los músicos (particularmente en países sin apoyo estatal fuerte para las artes) viven bajo una presión económica extrema para volver al trabajo. En un seminario para músicos de cuerdas con distonía, recuerdo a un violinista de Europa que hablaba de haber demandado a su orquesta por la compensación laboral. “Por lo menos vos tenés una orquesta a la que demandar,” me acuerdo haber pensado. “Si yo no trabajo, no me pagan. Punto.”
Sin embargo, hay numerosas razones para no ceder, y estar dispuesto a encontrar la fuente principal de tu lesión, aun si lleva tiempo. Primero, quizás no tengas otra opción: dependiendo de la naturaleza de la lesión, intervenciones más superficiales tal vez no serán eficaces. Y, aunque ayudaran un poquito, considerá si no saldrías mejor a la larga con el tema completamente resuelto. Por último, según mi experiencia, si vamos lo suficientemente profundo, el problema que intentamos solucionar a menudo resulta estar relacionado con muchas otras fuentes de malestar e insatisfacción en nuestras vidas. En mi caso, el trabajo para sanar la distonía me ha brindado un regalo sorpresivo: un nuevo acercamiento a la técnica que ha transformado mi forma de enseñar y tocar, ha estimulado mi confianza, y me ha hecho sentir más completa.
Requiere mucha humildad admitir que quizás haya algo en nuestro tocar, mentalidad, o estilo de vida que contribuyó a nuestra lesión. Una recuperación verdadera y completa tal vez implicará una renovación total de técnica, o enfrentar algunas cosas del pasado que preferiríamos olvidar. Y aun si estamos dispuestos a cambiar, necesitamos encontrar el camino justo y el guía adecuado. Pero quedarse abierto a la idea de que podríamos descubrir algo transformativo ya basta para mover las cosas en el sentido correcto.